Se debió a la conducta patana y zafia de unos individuos, cuyos nombres ignoro y prefiero ignorar por respeto a ese lugar. Cuando llegamos, temprano como solemos, para montar con calma y preparar a conciencia todo para la representación, nos encontramos con que el Auditorio Carmelo Gómez era un mesón (de los de mesas corridas llenas de comida para un Certamen de Bandas de Música Procesional) 12 de la mañana. A las cuatro de la tarde seguía siendo lo mismo, y nosotros sin poder hacer nada para preparar lo que debíamos tener a punto para las 20'30. A las cuatro y diez descubrimos que no sólo hemos conocido a unos personajes de otra época y de otro pelo que nos gritaron, nos increparon y nos conminaron a irnos con muy malos modos (y no les culpo pues seguramente no conocen otros dada su asnal manera y la cerdidumbre con que manejaban el único concepto que nos trasmitieron) sino que además han tirado al suelo una parte del decorado (una cruz) que habíamos dejado en escena, asegurado y apartado al fondo donde no estorbara nada.
Enojados por tal suceso, que no es ni fortuito ni casual, aunque si cobarde y de cerdosa educación, decidimos los miembros del grupo suspender la actuación e irnos sin representar. La causa, una mínima dignidad de trato para las gentes del teatro. Nuestra obligación no incluye sufrir gritos ni voces ni malos modos ni desplantes ni desprecios ni trato con quien no tiene formas ni maneras y sólo es un minguillo subido al puestillo como el de los citados.
Así acabó la primera representación de ECOS DE LA PASIÓN, sin empezar. Así nosotros, abochornados por unas cofradías semanasanteras que tiran una cruz al suelo, seguramente porque son capaces de distinguir entre la cruz de unos y las de otros y piensan que las que llevan y usan las gentes de teatro no son tan dignas como las propias. Y si no la tiraron, al menos se quedaron tan tranquilos al verla en el suelo. Su creencia y su prestancia no les da para más ¡Qué se le va a hacer! No seré yo quien les pida que sean algo más que cofrades de pito y flauta, de gaita y trencilla rancia, de mucho lucir y poco sentir. Los que nos gritaron eso tan de "hermandad" de "¡Bronca, bronca!" mientras salíamos o lo de "¡Que bote hasta la cruz"!. Eso es en su habla andaluza de desahogaos, en forma gallega, de parviños, y en la castellana de memos.
No hemos podido actuar en Sahagún, pero queremos a este sitio y a sus gentes. Nos gusta Tierra de Campos, pero no sus "mendrugos"
4 comentarios:
Como bien se ha dicho como comienzo de esta entrada en el blog, Sahagún es un sitio que recuerdo con mucho cariño y en el que creo que hablo por todos, nos hemos sentido siempre respetados y queridos.
Cual ha sido mi sorpresa que, al llegar al auditorio Carmelo Gomez, no se nos permite la entrada para el montaje porque se celebraba una comida para unas bandas. Algo logico, es que algunas de las personas alli presentes, con buenos modales y amablemente, nos digan que no pueden hacer nada. Lo que no es logico, es que otras de las personas alli presentes, a las que considero unas ineptas, maleducadas y prepotentes, nos echen de alli de malas maneras y con desaires, a las palabras de "Aire, que queremos cerrar esto y aqui no va a entrar nadie mas que nosotros" y "No se pasa al escenario porque se llena esto de polvo,y no es higienico teniendo la comida al lado", aunque esos mismos que hablaban,resultaron ser los primeros en subir al escenario y permitirselo a mucha mas gente. Debe ser que la percepcion de la higiene es inversamente proporcional a los vinos que uno se tome.
Cabe mencionar, que uno de esos maleducados nos indica que la comida se celebraria a las 3, y que a las 4 de la tarde, ya se habria finalizado.
Cual es mi sorpresa que a las 4.15 de la tarde es cuando comienzan a llegar las bandas que tenian que darse alli cita (o al menos parte de las personas integrantes) retrasando a mas personas que a las 4 debian estar trabajando alli. Y aun es mayor la sorpresa cuando parte del decorado, la mencionada cruz, aparecio tirada en el suelo del escenario, sin la mas minima preocupacion de absolutamente nadie, y viendo como ademas, estas personas se regocijan cantando, bailando y tocando encima del escenario mientras los miembros del grupo recojemos lo que esperemos que se cayera, y no que hubieran tirado como me temo.
Como tambien ha sido mencionado creo que merece la pena destacar los gritos con los que fuimos despedidos de "Bronca, bronca." que curiosamente desaparecieron en el momento en el que entre otras personas, yo, nos giramos y nos dirigimos a los ineptos que montaron el griterio. Eso para mi tiene un nombre, COBARDES. Ademas de que se jactan del incidente con el grito "Que bote hasta la cruz."
Es triste y vergonzoso que las personas que organizan este tipo de actos, no tengan la suficiente capacidad para mantener un orden y una seriedad que estoy seguro que Sahagun se merece, pero que, y lo siento si ofende, unos cuantos imbeciles, cobardes, maleducados y podria poner muchas otras cosas mas, estropean la imagen, reputacion y fama del sitio en cuestion, ya no con sus actos, sino con su sola presencia, que ha hecho que hoy sienta verguenza ajena.
Ojala no se les siga permitiendo la prepotencia que pasean con orgullo a gente de esta calaña.
Opino exactamente lo mismo que vosotros y que el resto del grupo!no somos bufones sino personas...asique considero conveniente tener un mínimo de respeto.No tengo mucho más que decir que lo que ya está aqui escrito...simplemente que esperemos que no vuelva a pasar: porque es una pérdida de tiempo, dinero, ilusión...vas por carretera y estás poniendo en juego la vida de muchas personas, los materiales de teatro (luz, sonido, etc...)y todo para nada. Un saludo.
Coincido exactamente con todo lo que aqui se ha escrito hasta este momento. Y dado que el relato de los sucesos ocurridos el domingo es impecable, sólo quiero mencionar un par de detalles:
1- Resulta levemente irónico (o sarcásticamente grave) que actos de desprecio hacia una asociación teatral se den en un auditorio como es el Carmelo Gómez, donde ya hemos actuado anteriormente.
2- Resulta levemente irónico (o sarcásticamente grave) que miembros de bandas y cofradías que se dicen católicas, apostólicas y romanas derriben una cruz, se mofen de quien la ha erigido y hagan escarnio de ambos hechos.
3- Resulta levemente irónico (o sarcásticamente grave) que quien grita "¡Bronca, bronca!" se achante y calle cuando se le planta cara. Y no precisamente en inferioridad numérica.
4- A la persona que literalmente nos expulsó de allí y, a la postre consiguió que por primera vez este grupo anulara una actuación, se le podría llamar de mascachapas para arriba. También se podría decir su nombre, que lo conocemos. Y acusarle muy lindamente. Por suerte o por desgracia, tenemos la suficiente educación (tanto formativa como ética) como para escribir esto sin recurrir a métodos como los suyos. A gritar, encararnos y ponernos como energúmenos no vamos a recurrir.
5- Y concluyo: Agradecer a Jesús, empleado del ayuntamiento, y a todas las personas que nos ofrecieron su comprensión y su colaboración el domingo. Un ejemplo del magnífico comportamiento al que estamos acostumbrados cuando acudimos a Sahagún.
Esperemos que esto no se vuelva a repetir. Un abrazo y un capón, según quien lo lea.
Arienza
A mí es que no me ha quedado muy claro. A las cofradías presentes en Sahagún el 29 de marzo:
-Si toda la cantidad de "Sangre de Cristo" que os metisteis os dio valentía para echarnos del auditorio (en el cual pensábamos trabajar desde las 12 y pico que llegamos) a voces, ¿por qué no os la dio para decir quién pudo ser capaz de tirar una cruz de casi tres metros de alto sujeta por sus cuatro lados o, por lo menos, de dejarla en el suelo?
-Si nos dijeron que el escenario no se iba a pisar y que no montáramos ni la cruz porque levantaba polvo ¿por qué cuando volvimos estaba este lleno de gente y nuestro decorado en el suelo?
-¿Por qué uno de los caballeros que por la mañana nos quería echar del auditorio, si tanta razón creía tener, su única explicación fue: "Como yo tengo razón me la tenéis que dar, y punto"? (El pobre debió creer que en Laga Lerna estamos todos sordos, porque levantó la voz como para que le oyera media provincia).
-Además de aguantar vuestras voces, falta de educación, ética y desprecios (en grupo, porque luego nadie respondía individualmente), ¿por qué tuvo que oíros también la gente de la calle que pasaba por ahí?
Por este último punto sí tengo que agradecerles que al oír esas voces ("Que bote hasta la cruz", el resto indescifrable), me animara a ver "Apocalypto" de Mel Gibson.
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