Esa engañosa palabra: mañana, mañana, mañana. Nos va llevando por días al sepulcro, y la falaz lumbre del ayer ilumina al necio hasta que cae en la fosa.
Macbeth
Bernarda Alba.-¿Me habéis oído? ¡Silencio, silencio he dicho! ¡Silencio!
Frank.- ¿Me estás proponiendo que me quede sin ir al bar para ir a ver “La importancia de llamarse Ernesto” representada en la sala parroquial por un grupito de aficionados?
Rita.- La obra es la misma, ¿no?... Es la misma la represente quien la represente.
Decía mi padre que lo peor del teatro no era sólo la vida desordenada de los artistas sino, sobre todo, el hecho de que cuando alguien prueba la fruta prohibida no hay poder humano que le permita resistirse a su perversa seducción.
Rodolf Sirera
Acaba de levantarse el telón. Suena una dulcísimo música de invisibles violines. La escena está iluminada con la lumbre de centenares de candelabros y el actor principal vestido de ceremonia se prepara para hacer su entrada dramática.
Marqués Rodolf Sirera
Tema: la muerte. Plazo: un minuto.
Calígula
MOSQUITO.- Yo y mi compañera venimos del teatro de los burgueses, del teatro de los condeses y de los marqueses, un teatro de oro y cristales, donde los hombres van a dormirse y las señoras… a dormirse también. Entonces yo avisé a mis amigos, y huimos por esos campos en busca de la gente sencilla, para mostrarles las cosas, las cosillas y las cositillas del mundo. Federico García Lorca
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